📚 Breve historia sobre #LoQueDictaLaVoz:
¡Muy buenas tardes, parces! 🍻 Espero que tengan una gran semana.
Hace alrededor de dos años, debido a la negativa de editoriales independientes a nivel nacional (o a que en algunas convocatorias se escogía uno entre cientos, por escasez de presupuesto), decidí que de alguna u otra manera publicaría mi primer libro. En ese momento, desconocía totalmente las plataformas de autopublicación como Amazon y AutoresEditores. Entonces concebía que el único camino para ver una obra publicada era a través de una editorial, fuese grande o pequeña. De manera que, entre ahorros y la colaboración de mis padres y mi novia, opté por darle vida a esta novela buscando opciones económicas de impresión. (Continúa después de la foto).
Así pues, buscando en las imprentas y litografías del centro de la ciudad (donde se imprimen volantes, afiches, cartillas, entre otras cosas, a menor precio que en otros lugares de la ciudad), di con un lugar que se ajustaba a mi presupuesto, aunque esto se debía a que la impresión sería con materiales no de muy buena calidad. Allí me ofertaron varias opciones que en otros locales, no. Sin embargo, por la cantidad que pensaba distribuir, escogí una de las más económicas. Aun así, me dije que era mejor esto que continuar esperando lo que quizá nunca llegaría: la respuesta de alguna editorial. Posteriormente, negocié el diseño de portada con un parcero ilustrador, quien me sorprendió bastante al enviarme el resultado (que es el que ven en el póster); entretanto, como es evidente que no contaba con recursos para pagarle a un corrector, releí muchas veces el libro, buscando errores y corrigiéndolos (lastimosamente, siempre se pasan algunos).
Envié los archivos imprimibles y una semana después recibí, con gran euforia, el paquete con la primera tanda de 100 ejemplares. Con ayuda de mi novia, comencé a venderlos mano a mano, en la universidad, en eventos de diversa índole (música, cine, ferias de stickers, académicos y literarios) e incluso citando encuentros en estaciones del metro. Esta experiencia, de la que aprendí demasiado para publicaciones posteriores, me impulsó a llevar las riendas de mis obras hasta llegar al punto en que hoy estoy. Y, embebiéndome de este mundo cada vez más, sigo constante en este proceso de dar a conocer lo que disfruto escribiendo.