Conocé un poco de mi trabajo

📝 Un cuento basado en un accidente ajeno: 'Piedra, papel o tijeras'

 «Piedra, papel o tijeras» Gabriel Castillo Suescún  © Este cuento pertenece al libro «Relatos de una mente desencuadernada».      En una no...

lunes, 25 de abril de 2022

📚 Reseña: 'Frankenstein', de Mary Shelley

Diferente a la creencia popular de que Frankenstein es el monstruo (aunque de cierta forma podría ser uno) y muy disímil a las adaptaciones de películas, series y caricaturas, esta historia versa sobre la vida de Víctor Frankestein, el estudiante prodigio de filosofía natural y química que pronto se granjeó el reconocimiento de quienes antes eran sus maestros y de muchos de sus colegas. Llevado por una idea apremiante y compulsiva, Víctor se empeña en la tarea de dar vida a una criatura que, según cree en principio, podrá cambiar el rumbo de la ciencia para siempre.



Si bien de cierta forma logra su cometido, el resultado difiere mucho de lo que sus esperanzas añoraban. El ser antropomórfico de dimensiones descomunales, tan pronto abre los ojos, causa una ingente repulsión en su creador, que lo abandona para entregarse a los padecimientos de una consciencia remordida. Sin embargo, no será tan fácil librarse de su creación.

El rechazo de la sociedad, debido a su aspecto, hizo que este monstruo tornase sus anhelos de afecto y cooperación en avidez de violencia. Desplazado, agredido y repudiado por quienes consideraba sus semejantes, se ve obligado a sí mismo al ostracismo, viendo a los humanos interactuar y congeniar desde la distancia, mientras él, proscrito, se atiborra de encono y aprensión. ¿No sucede cada tanto con personas que posteriormente consideran causar daño para intentar llenar sus carencias? Creo que sí. El rechazo y la repulsión, en muchas ocasiones, conducen al repudio del prójimo y las conductas antisociales.

Ahora bien, esta novela, que es contada en forma de cartas y anotaciones de un tercero (que en la parte gruesa de la trama transcribe el relato de Frankestein y la intervención del monstruo; ambos en primera persona), está repleta de adjetivaciones, algo propio de la época en que fue escrita. Las descripciones son extensas y detalladas, lo que ralentiza el avance de la historia. Incluso en pasajes se torna repetitivo el tormento que dice padecer el protagonista, quien cada tanto reitera sus tortuosas cavilaciones. Aun así, no me resultó tediosa su lectura y pude avanzar en medio de un bloqueo lector previo a este libro.

lunes, 11 de abril de 2022

📚 Reseña: «Ella, que todo lo tuvo», Premio Planeta Casa de América

 «Ella, que todo lo tuvo» le mereció el Premio Planeta Casa de América a la autora colombiana Ángela Becerra.

Este es uno de esos libros que heredé de mi madre y lo he leído unas cuatro veces, en diferentes momentos de mi vida. Un día, hace unos ocho o nueve años, lo tomé prestado de la biblioteca personal de mi madre, quien me dijo después que lo conservara. Hasta lo llevé conmigo en un viaje, para acortar las horas de espera en el aeropuerto. En cada una de las lecturas me he dejado llevar, involucrándome en el misterio de esta trama como si fuera la primera vez. Así, he descubierto pistas para descifrar lo que al final no queda explícitamente claro, sin ser un final abierto, según mis propias consideraciones.



Este libro es una suerte de thriller, narrado con riqueza de recursos retóricos y descripciones precisas de espacios fríos y desolados, cuyas almas se alimentan de personajes solitarios, afligidos y rutinarios. La trama es protagonizada por una mujer colombiana llamada Ella, que reside en Firenze, intencionalmente lejos de su familia y de los sinsabores que le causa recordar ciertas atrocidades. Allí, en Firenze, sufre un accidente automovilístico. A raíz de ello, emprende una búsqueda incansable y desesperada, llena de trabas y enigmas, de su hija Chiara y su esposo Marco, quienes, según el testimonio de Ella, iban también en el coche cuando se produjo el siniestro. Ambos desaparecen sin dejar pistas ni indicio alguno sobre su paradero. No hay cuerpos, ni ropas, ni sangre.

Del duelo y de una implícita necesidad de vivir otras vidas, surge un alter ego: La Donna di Lacrima, que tiene como fin desligarse de su yo atormentado, para volverse a sentir deseada, independiente y en control, mientras los hombres que la visitan desvelan sus secretos más intrincados y desnudan sus vidas insípidas, sintiéndose vulnerables a los pies de ella, que sin dejar de observarlos, nunca les regala ni una sola palabra. En esta trama interactúan personajes memorables, como el habitante de calle, quien disfruta de su condición socioeconómica y gusta de filosofar, y el librero que vive a la sombra, entre pasillos repletos de libros, esperando verla regresar.

No diré más sobre la historia como tal, ya que no me gusta arruinar el desenlace a quienes no la han leído. Pero agregaré que este libro nos habla de las soledades que se necesitan mutuamente; que se requieren y se buscan en medio de silencios, apariencias y vidas ajenas.

De esta historia uno se va reflexionando acerca de cómo una gran pérdida fácilmente puede descomponer o incluso derrumbar todo lo construido; o al menos aquello que creemos que ha sido construido y vivido por nosotros, inducidos por recuerdos de los que nos apropiamos. Hay duelos o hechos traumáticos de los que parece no haber salida permanente, puesto que se incrustan en algún lugar de nuestra memoria y regresan cada tanto para desestabilizar nuestro estado anímico e incluso para trastornar nuestra psique, dando paso al desasosiego y la alienación.