En ambientes nocturnos densos de Hong Kong, con enigmáticos y estrafalarios personajes que entrelazan sus destinos en algún momento, se desarrolla esta trama.
Un asesino a sueldo que está cansado de su trabajo, su compañera de complicidad que está enamorada de él y un ex-convicto que no emite palabra alguna en su interpretación (aunque sí en su narración de su historia personal), conforman el tridente de personajes principales en esta película
La narrativa, como suele suceder con el cine de Wong Kar-wai, está fragmentada y da saltos inesperados entre las historias. Pero no por ello uno llega a desorientarse y quedarse tirado en el camino.
Aquí las soledades, decepciones y desesperanzas convergen, se conocen momentáneamente, pero no forjan vínculos a largo plazo.
La cinematografía, a cargo de Christopher Doyle, nos adentra en espacios estrechos y en calles saturadas de luces neón, con sus ya conocidos movimientos de cámara en mano y el efecto step-printing en los momentos de más frenetismo.
La música juega un papel esencial. Tanto así, que el asesino a sueldo se despide de su chica cómplice con el número de una canción de una rockola, cuya letra le indica que a ella todo entre ellos terminó.
Como toda joya de este director, 'Fallen Angels' es una experiencia cinematográfica transgresora que cautiva desde el primer segundo hasta los 91 minutos que dura.
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