Se trata de un largometraje de animación que desafía los límites de la imaginación y la creatividad en cuanto a un futuro incierto, desolado, desalentador. La trama presenta un mundo distópico en el que la gente se deforma para encajar en formas vacías que los transportan a un destino desconocido -o deseado-: una suerte de planeta o luna de forma cúbica.
El protagonista busca desesperadamente llegar a tal grado de deformación que le permite introducirse en el espacio que se le destina. Lo demás parece importarle muy poco.
Así mismo, los otros dos personajes principales: una mujer que es modelo y su rostro aparece por doquier en las calles de este extraño mundo y un sujeto que lleva una caja de cartón ocultando su rostro y otra ocultando a su mascota, que -puede intuirse- se trata de un perrito.
Los 3 ambicionan lo mismo: llegar allá, donde muchos otros ya han llegado, pese a que no parecen tener claro qué les depara.
Sin diálogos, la película expresa una poderosa crítica social y una reflexión sobre la identidad en una sociedad uniforme. Un mundo que premia la competencia y el individualismo, pero al mismo tiempo desdibuja la individualidad de las personas, su expresión de sí mismas, su talante particular.
En este mundo no hay plantas, ni zonas verdes. Todo está edificado y lleva formas cuadrangulares. Las vidas son rutinarias e insípidas. Pero hay una especie de energía que parece ser el espíritu de la naturaleza buscando abrirse paso de nuevo, a fin de recuperar terreno en un mundo que originalmente fue suyo.
La animación es impresionante -la vi sin mayores expectativas-, con una paleta de colores y una estética surrealista.
'La otra forma' destacada por su propuesta innovadora en un país donde no abundan películas de este estilo.
Así que deberían, pues desde hoy está en cines a nivel nacional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario